Testimonios de usuarios Estoy orgullosa de sondarme

Una disfunción vesical no diagnosticada

Cuando a los 30 años le dijeron que tendría que sondarse el resto de su vida, Serena se sintió humillada. Ahora está orgullosa de sondarse, pero en su camino hacia la aceptación intervinieron amigos, familiares y profesionales sanitarios.

Serena había vivido durante años sin saber de la disfunción de la vejiga, y solo después de una resonancia magnética tras una hernia discal en la espalda se identificó el problema.

La resonancia magnética mostró que tenía una masa muy grande en el abdomen que había que examinar a fondo. Luego se descubrió que tenía una vejiga bastante grande, pero todas las pruebas a las que me sometí después demostraron que, potencialmente, la hernia discal había dañado algunos nervios de la columna. Eso significaba que había perdido totalmente la sensación de saber cuándo tenía que ir a hacer pis.

Así que, por desgracia, no sé si tengo que hacer pis y, aunque lo supiera, no podría orinar.

Después del diagnóstico

Tras las pruebas urodinámicas, Serena se mostró inicialmente muy contraria a la idea de tener que sondarse y se le dio la opción de tomarse un tiempo para considerar sus opciones. Cuando me dijeron que tenía un problema en la vejiga me sentí absolutamente mortificada. No esperas llegar a los 40 y que te digan que tu cuerpo se ha estropeado y que corres el riesgo de necesitar diálisis. Fue un momento crucial para mí. Lo dejé y lo dejé y lo dejé... e intenté esconder este horrible problema en alguna parte. Pero dos o tres años después supe que el problema estaba empeorando. No podía orinar en absoluto. Me sentía muy incómoda. Me veía muy hinchada y con sobrepeso. Así que volví y me sometí a una segunda serie de pruebas urodinámicas con un encantador especialista y una fabulosa enfermera especializada en el cuidado de la vejiga. Di el paso y decidí empezar a autocasondarme.

No fue un paso fácil. Me sentí humillada, muy avergonzada y, al ser algo nuevo. La mayoría de la gente no lleva bien los cambios, sobretodo cuando se trata de algo relacionado con el cuerpo. Fue una época bastante difícil y estoy muy agradecida a mi encantador marido por apoyarme tanto.

Aprender a sondarse

Que te enseñen a sondarte puede ser un proceso relativamente corto, pero el autoaprendizaje que sigue a tu cita inicial puede ser un proceso más largo. Cuando empecé con el autosondaje, la enfermera de mi hospital local fue muy paciente conmigo: yo estaba en la camilla del hospital y ella me enseñaba lo que tenía que hacer. Fue muy clara con lo que tenía que hacer y con qué frecuencia debía autosondarme, y me envió a casa con unas cuantas sondas para ponerme en marcha.

Por supuesto, pasar de ese entorno estéril a tu propio cuarto de baño, fue una transición bastante difícil. Así que mi consejo para cualquiera que sea nuevo en esto, es que se meta en su propio cuarto de baño lo antes posible y practique tan a menudo como pueda. Obviamente, no querrás seguir autosodándote cientos de veces al día. Hazlo cuando lo necesites, pero con mucha paz y tranquilidad: cierra la puerta del baño para que no entren los niños, la mujer, el marido o las mascotas. Tómate tu tiempo para aprender cómo funciona tu cuerpo y qué es lo mejor para ti cuando utilices una sonda.

Un apoyo crucial

Serena no ha estado sola en su viaje y elogia a quienes han estado ahí para apoyarla a lo largo del camino. Me siento como una jugadora deportiva con mi equipo a mi alrededor, especialmente las enfermeras especializadas en el cuidado de la vejiga, porque han hecho que desaparezca toda la vergüenza. Estos hombres y mujeres se enfrentan al CI todos los días de su vida y para ellos es normal. Lo han visto todo antes, lo han hecho todo antes, han respondido a todas esas preguntas extrañas antes.

Además de mis profesionales sanitarios, he tenido otros ayudantes interesantes a lo largo del camino. Mi marido es fabuloso. Nos vamos mucho de vacaciones y es él quien me busca el baño adecuado. Conoce mis elevadas exigencias en cuanto a jabón, toallas limpias y luz, así que es estupendo. Si alguien lo necesita, se lo presto.

Durante el primer año tuve algunas conversaciones difíciles con amigos y compañeros de trabajo. Eran un poco incómodas, pero me dieron la oportunidad de aprender a hablar con la gente sobre el CI. A medida que ha pasado el tiempo, tener estas conversaciones me ha hecho ser mucho más positiva y tener más confianza en mí misma sobre el CI. Cuando empiezas a hablar con la gente ya no te da vergüenza y, de hecho, estoy muy orgullosa de autosondarme.

Consejos

Seis años después de tomar la decisión de empezar a usar la sonda, Serena quiere compartir algunos consejos con las mujeres que están empezando a usarla. Me apasiona el sondaje o cateterismo porque ha supuesto una gran diferencia en mi vida y en cómo me siento físicamente, así que quiero que todo el mundo se beneficie de esa positividad.

Bebe

Mi primer consejo para cualquiera que emprenda este viaje es que se mantenga hidratado. Siempre oímos hablar de los beneficios del agua, y es especialmente importante cuando uno se autosonda, ya que puede reducir el número de infecciones.

Ten confianza en ti mismo

Mi siguiente consejo es tener confianza en uno mismo. Creo que todos pensamos que nos sondamos porque tenemos algún tipo de problema con nuestro cuerpo, pero cuando te sondas deberías sentirte positivo. Así que ten confianza en lo que haces, ¡créeme, nadie te mira cuando estás en un baño público!