Qué es la incontinencia fecal y cómo puedes convivir con ella

La incontinencia fecal es la incapacidad recurrente de controlar la evacuación de gases o heces de consistencia sólida o líquida en personas mayores de 4 años.

La incontinencia fecal es la incapacidad recurrente de controlar la evacuación de gases o heces de consistencia sólida o líquida en personas mayores de 4 años. Puede ocurrir que la persona tenga un fuerte impulso de defecar y no sea capaz de controlarlo (incontinencia de urgencia), o que evacue heces líquidas o sólidas sin saberlo (incontinencia pasiva)1,2.

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Aunque es difícil establecer la prevalencia de la incontinencia fecal por la reticencia de las personas afectadas a comunicarlo, se estima que oscila del 2 al 24%; es muy baja en las personas jóvenes y aumenta con la edad, especialmente entre personas ingresadas en hospitales o residencias2.

¿Por qué se produce incontinencia fecal?

La defecación y la continencia anal, es decir, la expulsión del contenido fecal y la regulación de dicha expulsión para que se produzca en el momento deseado, son dos funciones fundamentales del aparato digestivo. Para que ambos puedan llevarse a cabo satisfactoriamente, deben tener lugar diversos procesos que dependen de factores anatómicos y fisiológicos2,3.

Estos factores han de permitir la transformación del contenido intestinal en heces pastosas que, cuando se acumulan en cantidad suficiente, se mueven hacia el recto, dilatan los tejidos y estimulan algunos receptores que desencadenan el deseo de defecación. Una vez activado el reflejo de defecación, podemos elegir defecar, si las circunstancias lo permiten, o retrasar la defecación, para lo cual deben actuar determinadas estructuras anatómicas que faciliten la continencia. En el caso de defecar, el esfínter anal interno se relaja y el esfínter anal externo se contrae3.

Numerosas enfermedades y lesiones pueden causar incontinencia fecal. Podemos dividirlas en dos grandes grupos: neurógenas y no neurógenas/funcionales. La incontinencia fecal neurógena se produce debido a enfermedades del sistema nervioso o algún traumatismo, como lesión de la médula espinal, esclerosis múltiple, espina bífida o enfermedad de Parkinson. Cuando la causa no es neurógena, el origen puede ser disfunción del suelo pélvico, cirugía rectal, trauma anal obstétrico o enfermedad inflamatoria intestinal, entre otros1,2.

¿Qué puedo hacer para prevenir la incontinencia fecal?

La incontinencia fecal tiene una gran repercusión en la calidad de vida de quien la sufre, tanto a nivel físico (irritación alrededor de la piel del ano, infecciones...), como económico (pago de absorbentes) y psicosocial (deterioro de las relaciones sociales y personales, pérdida de autoestima, depresión)1,2. Algunas personas pueden sentirse avergonzadas y tratar de ocultar el problema.

Sin embargo, hablar abierta y honestamente con tu médico es importante para diagnosticar y tratar la incontinencia fecal1. Si tienes incontinencia, piensa que no eres el único/a, y que no tienes que resignarte simplemente a “vivir con ello”. Algunas enfermedades pueden ser tratadas, y, además, existen algunas medidas que puedes adoptar para mejorar o prevenir la incontinencia fecal1,4:

  • Modificar hábitos dietéticos: cambiar lo que comes puede ayudar a prevenir o aliviar la incontinencia fecal. Si el problema es la diarrea, tu médico te recomendará evitar los alimentos y bebidas que empeoran la diarrea. Si, por el contrario, la causa de la incontinencia fecal es el estreñimiento o las hemorroides, el médico puede recomendarte aumentar el consumo de fibra y beber más líquidos.
  • Entrenamiento intestinal: puede ser útil entrenarse para defecar en ciertos momentos del día, como después de las comidas. Es un método lento, que puede requerir semanas o meses, pero puede mejorar la incontinencia fecal.
  • Ejercicios musculares del suelo pélvico: los ejercicios de los músculos del piso pélvico, también llamados ejercicios de Kegel, pueden mejorar los síntomas de la incontinencia fecal. Apretar y relajar los músculos del suelo pélvico muchas veces al día puede fortalecer los músculos del ano, el suelo pélvico y el recto.
  • Uso de absorbentes: el uso de compresas absorbentes dentro de la ropa interior es el tratamiento más utilizado para la incontinencia fecal, en especial en casos leves (pocos accidentes de fuga intestinal, pequeños volúmenes de heces o manchas en la ropa interior).
  • Medicamentos: hay algunos medicamentos que pueden ayudar a aliviar tanto la diarrea como el estreñimiento.

Cuando los tratamientos más conservadores no son suficientes se pueden considerar la irrigación transanal (ITA) que es una técnica mínimamente invasiva y sencilla para vaciar de forma efectiva el intestino. Se trata de un procedimiento que facilita la evacuación del colon inferior mediante la introducción de agua en el intestino, y es una alternativa que puede marcar una gran diferencia en tu calidad de vida. En los casos más graves se pueden considerar otras técnicas como la neuroestimulación eléctrica y como última opción el tratamiento quirúrgico4.

Un buen plan de manejo para la incontinencia puede minimizar los episodios y permitirte recuperar el sentido de control personal4.

Bibliografía

National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases.
https://www.niddk.nih.gov/health-information/digestive-diseases/bowel-control-problems-fecal-incontinence/treatment
Wainstein C, Quera R, Quijada MI. Incontinencia fecal en el adulto: un desafío permanente. Rev Med Clin Condes. 2013; 24(2): 249-261.
Cerdán J, Cerdan C, Jiménez F. Anatomofisiología de la continencia y la defecación. Cir Esp. 2005;78(Supl 3):2-7.
Emmanuel A. Neurogenic bowel dysfunction. F1000Res. 2019 Oct 28;8:F1000 Faculty Rev-1800. International Foundation for Management of Gastrointestinal Disorders.
https://iffgd.org/resources/en-espanol/manejo-y-tratamiento-medico-de-la-incontinencia/

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