Algunos niños necesitan ayuda para orinar Salud de la vejiga infantil

Problemas de vejiga en niños

Como padre, te acostumbras al accidente ocasional o al episodio de enuresis de tu hijo. Al fin y al cabo, forman parte del crecimiento. Sin embargo, algunos niños pueden seguir experimentando problemas de vejiga, teniendo problemas para retener el pis (incontinencia) o dificultades para vaciar la vejiga (retención).

Dependiendo de la causa de estos problemas de vejiga, puede ser necesario aprender a sondarse para vaciar completamente la vejiga. Esta página ayuda a explicar cómo funciona el cuerpo y por qué puede ser necesario sondar.

Diferentes problemas, una solución

Tanto si eres adulto como niño, muchas cosas afectan a la capacidad de tu cuerpo para retener la orina en la vejiga o para vaciarla. Una enfermedad o haber sufrido un accidente puede ser una de ellas, o padecer una enfermedad que te impida orinar de forma normal.

Algunas personas padecen tanto incontinencia (problemas para retener la orina) como retención (problemas para vaciarla). En ambos casos, una sonda te ayudará a controlar cómo y cuándo vas al baño.

Si te preocupa tener infecciones repetidas como las ITU (infecciones del tracto urinario), se sabe que las sondas LoFric ayudan a reducir el riesgo, gracias a su revestimiento único que garantiza una superficie lubricada durante todo el sondaje.

¿Qué es una sonda?

Una sonda es un tubito que se introduce en la vejiga de tu hijo cuando necesita hacer pipí para expulsar la orina. Las veces que tu hijo necesitará usar una sonda pueden ajustarse a su rutina diaria: antes y después del colegio, así como durante el recreo y la hora de comer.

Cómo usar una sonda

Una enfermera o un médico podrán hablar con tu hijo sobre el uso de una sonda y demostrarle cómo usarla para hacer pis. También hablarán con tu hijo sobre cuántas veces al día es razonable sondarse, ya que es diferente para cada persona. Elaborarán un plan individual para tu hijo, adaptado a las vacaciones escolares y a la vuelta a casa después del colegio. Al principio puede ser útil que una persona adulta se lo recuerde a tu hijo antes de que adopte la rutina.

Primeros pasos: consejos y sugerencias para padres o cuidadores

Los siguientes consejos y sugerencias, elaborados con la ayuda de Gunilla Tibbelin, del Centro de Servicios de Habilitación para Niños y Adolescentes de Lund (Suecia), te ayudarán a empezar.

Adáptate a tu hijo

Los niños que han sufrido daños en la médula espinal pueden tener la función motora y la sensibilidad reducidas. Si es así, tendrás que adaptar el entorno y el equipo de sondaje a la condición de tu hijo. Siéntate con firmeza y seguridad. Las manos de tu hijo deben estar libres para que pueda ayudar. Deja tiempo suficiente para completar el procedimiento, de modo que la presión del tiempo no obligue a tu hijo a abandonar.

La rutina debe estar clara para el niño, así como su tarea delegada. Recuerda que mamá y papá también deben poder trabajar en una posición cómoda. La práctica hace al maestro, y se hace más fácil.

Sé paciente

Como progenitor o cuidador, necesitas cierta dosis de paciencia para utilizar una sonda con un niño (sobre todo cuando ese niño tiene entre 2 y 4 años y una fuerte voluntad propia). Si tu hijo considera que el sondaje es muy aburrido, ver un programa o una película cuando esté en el baño puede ofrecerle cierta distracción durante el procedimiento.

Enseñar a un niño a vaciar la vejiga utilizando una sonda lleva tiempo. Mantén la calma y sé metódico: con un poco de entrenamiento y paciencia, pronto se convertirá en una parte natural de su vida cotidiana.

Deje que su hijo participe

Es más fácil vaciar la vejiga si tu hijo está sentado erguido que si está tumbado. Si tu hijo aún no ha aprendido a sentarse erguido, utiliza una almohada o un objeto similar para apoyarle la espalda. En cuanto tu hijo pueda sentarse erguido por sí mismo, podrá seguir el procedimiento de vaciado e incluso participar más activamente.

Del mismo modo que le enseñas a sujetar un cepillo de dientes para que vea cómo le sienta, puedes dejar que sujete una sonda mientras le vacías la vejiga. Esta puede ser una forma de intentar que comprenda cómo el sondaje forma parte de la rutina diaria de ir al baño.


Cuando tu hijo tenga 1-2 años, habrá llegado el momento de empezar a sentarse en el orinal o el váter. Aprovecha la curiosidad natural de los niños. Anímale a participar: deja que coja la sonda, que abra la bolsa de la sonda o incluso que tire de la sonda cuando haya terminado.


Cuando tu hijo esté en edad preescolar, puedes empezar a enseñarle el autosondaje de forma más activa. Utiliza una muñeca para mostrarle cómo se utiliza una sonda. Sentaos y haced dibujos juntos, y explicadle cómo sale la orina de la vejiga. Tener un muñeco con un agujero para "hacer pipí", donde tu hijo pueda practicar la inserción de una sonda, aumenta su habilidad para manejar una sonda resbaladiza. Cuando llegue el momento de vaciar la vejiga, deja que tu hijo intente encontrar su uretra e introducir la sonda por sí mismo.


Incluso cuando tu hijo haya aprendido a introducir una sonda, es importante que le ayudes a asegurarse de que la vejiga se ha vaciado adecuada y correctamente. El sondaje se convierte en algo natural para tu hijo si se le permite participar desde una edad lo más temprana posible. Esto contribuye a su autoestima y a una mayor independencia más adelante en la vida. Cuando tu hijo empiece a ir al colegio, le ayudará saber vaciar la vejiga con una sonda por sí mismo.

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